¿Por qué “La dama del perrito” de Antón Chéjov es una de las mejores historias jamás escritas, según Vladimir Nabokov?

La descripción que hizo Vladimir Nabokov del cuento de Antón Chéjov “La dama del perrito” (1899) como “uno de los cuentos más grandiosos jamás escritos” no fue meramente una expresión de aprecio literario, sino también un aprecio por la perspectiva matizada de Chéjov sobre la naturaleza humana, los conflictos morales y la profundidad existencial. Si bien Nabokov, como escritor, priorizó el perfeccionismo estético y la complejidad de la conciencia humana en sus propias obras, vio que Chéjov trabajaba con una sensibilidad similar en esta historia y, por lo tanto, exaltó la obra.

La visión de Nabokov sobre Chéjov: un encuentro estético y existencial

Al evaluar a Chéjov, Nabokov compara sus obras con las de escritores con un marco más épico y moral, como Tolstoi. Si bien señala que ciertos pasajes de las obras de Tolstoi lo impactaron “como un rayo”, encuentra un impacto más silencioso pero igualmente profundo en Chéjov. Según Nabokov, Chéjov escribe como “una persona que le cuenta a otra las cosas más importantes de su vida, lentamente, sin interrupciones y en voz ligeramente baja”. Esta afirmación es un reflejo de la extraordinaria profundidad que se esconde detrás del minimalismo y la cotidianidad que Chéjov utiliza en sus historias. En “La dama del perrito”, este enfoque culmina en la transformación de un encuentro vacacional común y corriente en uno de los laberintos emocionales y morales más complejos de la psique humana. La base de la visión que Nabokov tiene de esta historia como su “mayor” es la capacidad de Chéjov de transformar esta banalidad en una pregunta existencial universal.

Filosóficamente, la admiración de Nabokov por Chéjov puede vincularse a una sensibilidad fenomenológica que encontró en sus obras. La fenomenología de Husserl se centra en comprender la forma en que la conciencia percibe el mundo; Los cuentos de Chéjov examinan de modo similar las experiencias internas de los personajes y sus relaciones con el mundo con atención microscópica. En “La dama del perrito”, el encuentro entre Dmitry Gurov y Anna Sergeyevna no es sólo una historia de amor, sino también una escena en la que la conciencia humana se enfrenta a sus propias limitaciones, normas morales y soledad existencial. En este cuento, Nabokov aprecia la sensibilidad fenomenológica de Chéjov para captar la esencia de la experiencia humana.

Dimensiones filosóficas del relato: amor, libertad y contradicciones morales

Aunque “La dama del perrito” puede parecer a primera vista una simple historia de amor prohibido, los temas que Chéjov maneja con maestría transforman la historia en un cuestionamiento existencial. La historia comienza con Dmitry Gurov, un banquero casado que está de vacaciones en Yalta, y conoce a Anna Sergeyevna, una joven casada que pasea con un perro pequeño. Ambos son personas que han escapado de matrimonios infelices y buscan consuelo temporal. Sin embargo, Chéjov utiliza esta relación no como un escape romántico, sino como una plataforma para cuestionar las contradicciones de la naturaleza humana y la búsqueda de la libertad.

Dimensión existencial del amor: El amor en la historia es parte del proceso del individuo de descubrir su propia esencia, como en la filosofía existencial de Kierkegaard. Aunque Gurov inicialmente ve a Anna como otra “aventura”, a medida que la relación se profundiza, se da cuenta de su vacío interior y del sinsentido de su vida. Según Kierkegaard, el hombre sólo puede comprender su propia situación existencial a través de la relación con el “otro”; La pasión de Gurov por Anna es su intento de superar el aislamiento de su propio yo. En este punto, Nabokov aprecia la presentación que hace Chéjov del amor no sólo como una emoción sino también como un catalizador que desafía los propios límites existenciales del individuo. Al final de la historia, Gurov y Anna no pueden separarse el uno del otro ni de sus familias y continúan su relación secreta, lo que revela la tensión entre el potencial liberador del amor y las cadenas sociales.

Libertad y restricciones sociales: La historia presenta un cuestionamiento de la libertad que puede relacionarse con la filosofía de la voluntad de Schopenhauer. Según Schopenhauer, la voluntad humana está condenada a un ciclo continuo de deseo e insatisfacción; El amor de Gurov y Anna es al mismo tiempo una expresión de esta voluntad y su represión por las normas sociales. Chéjov no romantiza ni juzga su relación; Más bien, expone desapasionadamente el conflicto entre los deseos individuales y la moralidad social. Nabokov cree que este desapego es parte de la grandeza de Chéjov; porque Chéjov invita al lector a enfrentarse a estas contradicciones en lugar de dar una lección moral. Al final del relato, la reflexión de Gurov sobre “qué bello es todo” parece ser una alusión a la idea de Schopenhauer del silenciamiento temporal de la voluntad a través de la experiencia estética; Pero esta belleza contrasta con su situación irresoluble.

Tiempo y temporalidad: La historia también puede asociarse con el concepto de Heidegger de “ser y tiempo”. Según Heidegger, la existencia humana se define por la conciencia de la finitud y la transitoriedad. La relación de Gurov y Anna comienza con una aventura temporal en Yalta, pero a medida que pasa el tiempo, esta transitoriedad se convierte en una parte permanente de sus vidas. Nabokov elogia la capacidad de Chéjov para capturar el flujo del tiempo y la fragilidad de los momentos de la vida humana. Los momentos tranquilos pero explosivos de la historia (lo que Nabokov llamó el “punto de explosión”) son aquellos en los que los personajes se enfrentan a su propia finitud. Por ejemplo, la incapacidad de Gurov de olvidar a Anna después de regresar a Moscú y su búsqueda de ella pueden leerse como un intento de Gurov de asumir la responsabilidad de su propia responsabilidad existencial, de un modo cercano al concepto de “ser auténtico” de Heidegger.

La técnica literaria de Chéjov: minimalismo y profundidad metafísica

Otra razón por la que Nabokov elogió “La dama del perrito” es la forma en que la técnica literaria de Chéjov crea una profundidad metafísica. Al abandonar la “trama de los acontecimientos”, Chéjov refleja la naturaleza “oscura, interrumpida y golpeada por la vida” de la vida, en palabras de William Gerhardie. Este enfoque es una de las piedras angulares de la literatura modernista y tiene eco en las propias obras de Nabokov. El minimalismo de Chéjov tiene una fuerza estética que puede asociarse con el concepto de Nietzsche de la “voluntad de poder”; Dice mucho con poco y revela verdades universales con detalles cotidianos.

El rifle de Chéjov y la economía del significado: la famosa metáfora del “rifle” de Chéjov (“Si hay un rifle colgado en la pared al comienzo de la historia, ese rifle debe dispararse”) enfatiza que cada detalle de la historia es significativo. En “La señora del perrito”, detalles aparentemente insignificantes, como el perro de Anna, simbolizan la soledad y la fragilidad de los personajes. Nabokov pensó que estos detalles hacían que las historias de Chéjov fueran complejas y satisfactorias de resolver, como un rompecabezas. Filosóficamente, este enfoque puede compararse con los “juegos de lenguaje” de Wittgenstein; Al jugar con palabras e imágenes, Chéjov construye un significado de forma indirecta pero sorprendente.

Ironía y humor: La sutil ironía que Chéjov utilizaba en sus cuentos era otra característica que Nabokov apreciaba. La dependencia de Gurov de las mujeres a pesar de verlas como de “segunda clase”, o la rendición de Anna al amor a pesar de sentir culpa moral, satirizan las contradicciones de la naturaleza humana. Esta ironía refleja la falta de sentido de la vida y los esfuerzos del hombre por combatir esta falta de sentido, de un modo cercano a la filosofía absurda de Camus. Nabokov ve la elegancia humorística de Chéjov al presentar estas contradicciones absurdas como parte del atractivo universal de la historia.

Explosiones silenciosas: Nabokov señala que las historias de Chéjov tienen “puntos de explosión silenciosa”. En “La dama del perrito”, la incapacidad de Gurov de olvidar a Anna y su partida de Moscú a la ciudad donde ella vive es un momento explosivo. Este momento es un punto de inflexión existencial; Gurov, liberado de las rutinas de su vida, se da cuenta del peso de sus propios deseos y de su soledad. Nabokov piensa que estos momentos hacen que las historias de Chéjov sean inolvidables porque tocan las capas más profundas de la conciencia humana.

El contexto cultural y literario del elogio de Nabokov

La glorificación de Chéjov por parte de Nabokov también está relacionada con su apego a la literatura rusa y su identidad de exiliado. Como escritor exiliado de Rusia, Nabokov encuentra en las obras de Chéjov el tono melancólico e irónico del alma rusa. “La dama del perrito” refleja la decadencia moral y social de la sociedad rusa a finales del siglo XIX; La decadencia de la aristocracia, la soledad del individuo y la falta de sentido del mundo moderno se sienten en el fondo de la historia. Nabokov ve estos temas transformados en una tragedia universal en manos de Chéjov.

Además, la oposición de Nabokov a escritores como Ernest Hemingway, que llamó a Chéjov un “escritor aficionado”, muestra que defendía la disciplina artística de Chéjov. Para Nabokov, la apariencia “amateur” de Chéjov fue una elección estética deliberada de su parte; Creía en el poder de los pequeños momentos más que en los grandes acontecimientos. Este es un enfoque que también puede verse en las propias obras de Nabokov; Por ejemplo, en Lolita, la conciencia obsesiva de Humbert Humbert se construye a través de pequeños detalles.