¿El sistema legal en Los hermanos Karamazov de Dostoyevsky administra justicia o es un dispositivo ideológico?

El derecho en Los hermanos Karamazov: ¿institución de justicia o teatro de la ideología?

Los hermanos Karamazov, de Fiódor Mijáilovich Dostoyevsky, es una novela filosófica en la que no sólo se cuestionan profundamente los conflictos individuales sino también los mecanismos de funcionamiento de la estructura social, la autoridad y la ideología. En este contexto, aunque el sistema legal en la novela se presenta como una institución que aparentemente funciona para establecer la justicia, en realidad funciona como una herramienta que representa, e incluso porta, las ideologías dominantes de la época. Es decir, a lo largo de la novela, la ley no sólo juzga el crimen; Al mismo tiempo, reproduce el sistema de valores del orden, confirma la epistemología del poder y legitima las normas sociales.

Derecho, poder y representación: una perspectiva foucaultiana

Los conceptos de “regímenes de verdad” y “sociedades disciplinarias” de Michel Foucault son extremadamente funcionales al análisis de la práctica del derecho en Los hermanos Karamazov. El juicio a Dmitri Karamazov no es sólo un proceso en el que se discute la responsabilidad penal de un individuo, sino también un intento del sistema de exonerarse a través de su personalidad, clase social, distancia del sistema de creencias y su “carácter moral”. Esta situación confirma la afirmación de Foucault de que el derecho moderno es una práctica disciplinaria del poder que supervisa el cumplimiento no sólo de las leyes sino también de los comportamientos considerados “normales”.

La representación de Dimitri ante el tribunal lo construye no sólo como un asesino en potencia, sino también como un individuo que altera el orden, que no puede controlar sus impulsos y que se ha “desviado de Dios y de la razón”. Esto no es justicia en la representación; Están en juego la normatividad moral, el restablecimiento de la ideología dominante y la continuidad del poder.

Perspectiva althusseriana: el derecho como aparato de Estado

La conceptualización que hace Louis Althusser de los “aparatos ideológicos del Estado” (AEI) proporciona un análisis importante de la descripción que la novela hace del derecho en este contexto. Según Althusser, el sistema jurídico, como la educación, la religión o los medios de comunicación, es una de las estructuras que sirven para reproducir la ideología de la clase dominante. En Los hermanos Karamazov, el juicio es una plataforma donde no sólo se cuestiona la culpa individual sino también la estructura familiar, la moralidad y la religión. En otras palabras, el tribunal no es un tribunal de justicia objetivo, sino un “área ritual” donde se escenifica la ideología.

De hecho, en el caso donde fue juzgado Dimitri, se ve que la narrativa que la sociedad quiere creer, no la defensa, es más dominante. En lugar de revelar una realidad objetiva, la evidencia, los testigos y los testimonios determinan qué “agente” quiere ver el orden social. En este contexto, el tribunal tiene como objetivo satisfacer la conciencia de la sociedad, no de la del individuo, lo que revela claramente la naturaleza ideológica del sistema jurídico.

La absolutez de la ley en ausencia de Dios

Las famosas palabras de Iván Karamazov: “Si no hay Dios, todo está permitido”, también contienen una profunda crítica al sistema legal. Aquí, Dostoyevsky implica que la ausencia de Dios no sólo arrastra al hombre al nihilismo absoluto, sino también que el Estado y su sistema legal han reemplazado a Dios y se han convertido en autoridad absoluta. La autoridad metafísica que quedó vaciada con la pérdida de Dios fue ahora asumida por la autoridad mundana, es decir, el Estado.

En este contexto, el sistema jurídico en Los hermanos Karamazov no es una representación sagrada de la justicia; Es la aparición de un dogma secularizado, un Leviatán moderno. El tribunal ha asumido el poder de tomar decisiones que carecen de la intervención de Dios, pero se ha convertido, sin embargo, en una institución que se cierra a la crítica y se refugia en narrativas singulares de la verdad.

Zosima y la pérdida de la justicia consciente

Posicionándose en contra de la institución judicial con su sabiduría y profundidad espiritual en la novela, Zosima argumenta que la esencia de la justicia no reside en un sistema legal externo sino en la conciencia interna del individuo. La comprensión de Zosima de que «todos son culpables antes que todos los demás» lleva la ley al nivel de una relación interpersonal. Aquí, la justicia puede lograrse no a través de la fría racionalidad de la ley, sino a través de la responsabilidad moral, la empatía y la purificación espiritual. Esto resume la crítica fundamental de Dostoyevsky al sistema legal: el derecho moderno descuida el alma; Pero la justicia no puede dejar de tener espíritu.