¿Dostoyevsky ve la naturaleza de la humanidad como caótica en sus novelas?
En las novelas de Fiódor Mijáilovich Dostoyevsky, la naturaleza humana es esencialmente caótica, contradictoria y paradójica. En su universo literario e intelectual, los seres humanos no pueden explicarse enteramente por la razón ni reducirse a una categoría moral o ideológica fija. Esta naturaleza compleja constituye los conflictos fundamentales de las novelas de Dostoyevsky.
- Fundamentos ontológicos de la naturaleza humana caótica
La comprensión del hombre por parte de Dostoyevsky es una crítica radical del modelo humano racionalista, positivista y progresista de la Ilustración occidental. La figura del hombre subterráneo, especialmente en la obra Notas del subsuelo, es el símbolo de esta crítica. El hombre subterráneo muestra que el hombre no es un ser que actúa únicamente en base a la razón y al interés; Por el contrario, declara que es un ser que puede actuar en contra de sus propios intereses e incluso hacerse daño a sí mismo sólo para “demostrar que es libre”:
“A veces uno quiere ir en contra simplemente porque dos más dos no son cuatro”.
Esta afirmación muestra que existe una rebelión irracional en la naturaleza humana, una pasión por la autonomía individual y un deseo de no limitarse a sistemas racionales. Según Dostoyevski, los humanos son seres que no encajan en los sistemas y son incluso propensos a destruirlos. Esta situación revela que en la base de la naturaleza humana se encuentra el caos, es decir, una confusión interna que está en conflicto con el orden.
- Caos político: revolución, nihilismo y el colapso del colectivismo
A través de los demonios (Besy)
Uno de los ejemplos más claros de la filosofía política de Dostoyevsky es la novela Los poseídos. Esta obra revela de manera sorprendente cómo Dostoyevsky percibió los movimientos revolucionarios y nihilistas que surgieron en la Rusia del siglo XIX. Los jóvenes revolucionarios de la novela (Stepan Trofimovich, Verhovensky, Pyotr, etc.) son figuras que han adoptado ideologías de origen occidental y quieren “reorganizar” la naturaleza humana. Sin embargo, según Dostoyevsky, tales ideologías están condenadas a un fracaso trágico porque ignoran los aspectos caóticos, irracionales y metafísicos del hombre.
El personaje de Pyotr Verhovensky pretende desindividualizar al individuo y adaptarlo a un orden “colectivista” abstracto. Pero este orden es vacío porque se basa en un supuesto ontológico falso sobre el hombre: que es un ser sistematizable, predecible y absolutamente manipulable.
Reemplazaremos a Dios. Y luego, pondremos orden.
Sin embargo, en este orden no tienen cabida la libertad individual, la responsabilidad moral ni el conflicto espiritual. El resultado: anarquía, asesinato, suicidio y colapso nihilista.
- Reflexión teológica del caos individual: rechazo de Dios y vacío moral
A través de Los hermanos Karamazov
En Los hermanos Karamazov, el rechazo de Dios por parte de Iván Karamazov es otro hito que revela las tendencias caóticas de la naturaleza humana. Iván afirma que el orden moral depende de la creencia en Dios al decir: “Si no hay Dios, todo está permitido”. Esto implica que, según la creencia de Dostoyevsky, en un mundo sin Dios, la capacidad del hombre de elegir entre el bien y el mal pierde sentido y el resultado final es el caos y la decadencia moral.
El nihilismo filosófico de Iván se convierte en una realidad práctica con el asesinato cometido por Smerdyakov. El sentido de responsabilidad moral que conlleva la naturaleza humana con el libre albedrío cobra significado con la existencia de Dios. Si se rechaza a Dios, el hombre sucumbe a sus instintos, a sus intereses y a su afán de poder. Según Dostoyevsky, ésta es la destrucción política y social de la humanidad.
- El vínculo ontológico entre el caos y la libertad
La leyenda del Gran Inquisidor
La sección del Gran Inquisidor examina la relación entre la libertad humana y el caos a nivel metafísico. Al darle al hombre la libertad, Jesús también lo condenó a una responsabilidad eterna. El Inquisidor toma esta libertad y promete orden, obediencia y seguridad. Según él, la gente no puede hacer frente a la libertad; sufre, cae en el pecado, comete un delito. Mientras juzga a Jesús dice:
“Le diste libertad al hombre, ¡pero él no puede llevar esta carga!”
Esta narración alegórica de Dostoyevsky sostiene que el hombre sigue siendo humano en la medida en que puede ser libre, pero esta libertad siempre lleva dentro de él tendencias caóticas. De este modo, la naturaleza humana está abierta simultáneamente tanto al potencial de libertad divina como a la destructividad demoníaca.
- La base caótica de la estructura social: a través del crimen y el castigo
El asesinato cometido por Raskolnikov es producto del conflicto caótico entre el deseo del hombre de ser un “individuo superior” y la responsabilidad moral. Raskolnikov cree que podría convertirse en una figura como Napoleón: un “superhombre” con derecho a derramar sangre. Sin embargo, el remordimiento que siente tras el asesinato revela la tesis fundamental de Dostoyevsky: por muchas justificaciones ideológicas y racionales que produzca una persona, lleva dentro de sí un caos ético que no puede suprimirse.
Este conflicto no se limita únicamente al mundo interior del individuo; También tiene un efecto destructivo sobre los mecanismos de justicia, derecho y castigo de la sociedad. Mientras que los sistemas jurídicos modernos ven a los humanos como estadísticas o máquinas de crimen, Dostoyevsky se centra en el caos espiritual de los humanos. Por eso, en sus novelas la justicia nunca se consigue sólo mediante la ley; El ajuste de cuentas interno del alma crea una transformación mayor que el sistema judicial.


