En el contexto del concepto de “voluntad” de Schopenhauer: ¿es el personaje Heathcliff de la novela “Cumbres Borrascosas” de Emily Brontë un prisionero de sus pasiones o un agente consciente del mal?
Heathcliff en el contexto del concepto de “voluntad” de Schopenhauer: ¿prisionero de las pasiones o agente consciente del mal?
El concepto de “voluntad” (Wille) en la filosofía de Arthur Schopenhauer se basa en el hecho de que los impulsos básicos y los deseos inconscientes del hombre determinan sus acciones. Según Schopenhauer, la voluntad es una fuerza ciega e implacable, independiente de la razón; Condena a las personas a un ciclo constante de insatisfacción y dolor.El personaje de Heathcliff en Cumbres borrascosas destaca como un ejemplo trágico en este contexto. Sus pasiones, su odio y su deseo de venganza son como una manifestación literaria de la “voluntad” de Schopenhauer. Entonces, ¿Heathcliff es un esclavo pasivo de esta voluntad ciega o ha elegido conscientemente el mal?
- La voluntad en Schopenhauer: una fuerza ciega
En su obra El mundo como voluntad y representación, Schopenhauer define la voluntad como “un esfuerzo que se reproduce constantemente y no alcanza ningún fin”. La voluntad es un instinto que conduce al dolor, deja insatisfecho y no puede ser controlado por la razón. El apego obsesivo de Heathcliff a Catherine y su devastación tras perderla son precisamente el resultado de esta “voluntad”:
Pasión: El miedo a perder a Catherine impulsa todas las acciones de Heathcliff. Según Schopenhauer, ésta es la objetivación de la voluntad; Heathcliff intenta existir a través del objeto de su deseo (Catherine), pero este deseo nunca queda satisfecho.
Ciclo del dolor: El sufrimiento que experimenta Heathcliff después de la muerte de Catherine se ajusta al “sufrimiento eterno de la voluntad” de Schopenhauer. Aunque Heathcliff sabe que nunca podrá cumplir su deseo, se engaña a sí mismo hablando con su fantasma (espíritu).
- Heathcliff: ¿esclavo de la voluntad?
Según Schopenhauer, el hombre es una marioneta en manos de su voluntad. En este sentido, Heathcliff también es prisionero de sus pasiones:
Exclusión y venganza: La humillación que sufrió cuando era niño (la crueldad de Hindley, la elección de Edgar por parte de Catherine) alimenta su voluntad de venganza. Como decía Schopenhauer: “La voluntad es un monstruo que se devora a sí mismo”. La venganza de Heathcliff en realidad se convierte en una espiral autodestructiva.
Falta de control racional: Los métodos de Heathcliff para castigar a Edgar, Hindley e incluso a la segunda generación (los jóvenes Catherine y Linton) son completamente irracionales e instintivos. Al igual que la “voluntad” de Schopenhauer, no razona, simplemente quiere.
- ¿Perpetrador consciente del mal?
Pero las acciones de Heathcliff son demasiado complejas para ser explicadas por un mero “impulso ciego”.Aquí es donde entra en juego el concepto de Nietzsche de “voluntad de poder”:
Elección consciente del mal: Heathcliff dirige sistemáticamente la injusticia que sufre hacia los demás. Por ejemplo, el hecho de que Hindley mantenga a su hijo Hareton en la ignorancia y el matrimonio forzado de Edgar con su hija son ejemplos de crueldad calculada. Se trata de una demostración activa de poder, no muy distinta de la “voluntad” de Schopenhauer.
Voluntad autodestructiva: Heathcliff elige conscientemente la muerte cuando finalmente completa su venganza. Esto es similar al concepto de Schopenhauer de “negación de la voluntad” (askesis), pero diferente: Heathcliff no renuncia a su pasión, perece con ella.
- Schopenhauer y el final trágico
Según Schopenhauer, la única manera de escapar de la esclavitud de la voluntad es a través de la negación de la voluntad (como el Nirvana en el budismo). Heathcliff, por el contrario, perece al ceder a su voluntad:
El fantasma de Catalina: La escena en la que Heathcliff ve el fantasma de Catalina en el momento de su muerte simboliza el estado inconcluso del “testamento” de Schopenhauer. Su amor no se satisface ni siquiera con la muerte.
El ciclo de la naturaleza: al final de la novela, se dice que los espíritus de Heathcliff y Catherine vagan por Cumbres Borrascosas. Esto nos recuerda la idea de Schopenhauer de la “voluntad eterna”: las pasiones no terminan ni siquiera con la muerte.


