¿La constante declaración “Preferiría no hacerlo” del personaje Bartleby interpretado por Herman Melville es un acto de libertad o de sumisión pasiva?

En la obra de Herman Melville Bartleby, el escribiente, la insistente frase de Bartleby “preferiría no hacerlo” tiene un significado de múltiples capas, tanto filosófica como literaria. Esta frase apunta a un campo de tensión que oscila entre la libertad y la sumisión pasiva e invita a un cuestionamiento profundo de la situación existencial del individuo moderno. La cuestión de si evaluaremos la actitud de Bartleby como un acto de libertad o de sumisión pasiva requiere examinar conceptos como la libertad, la autoridad, la voluntad y los efectos de las estructuras sociales en el individuo a través de una lente filosófica.

La actitud de Bartleby como acto de libertad

Aunque la afirmación de Bartleby “prefiero no hacerlo” puede parecer a primera vista una simple negativa, esta negativa puede leerse como una especie de rebelión de la voluntad individual contra las expectativas sociales y la autoridad. La libertad, en un contexto filosófico, está asociada con la capacidad del individuo para determinar sus propias acciones. Según la filosofía existencial de Jean-Paul Sartre, la libertad es posible cuando el individuo asume la responsabilidad de crear su propio proyecto existencial. La actitud de rechazo de Bartleby puede, en este sentido, interpretarse como un acto de libertad; porque intenta definir su propio espacio existencial negándose a aceptar las tareas y los roles sociales que se le imponen. Sin embargo, mientras que la libertad de Sartre requiere un compromiso activo y un proceso de creación de significado, la pasividad de Bartleby complica esta interpretación.

Desde una perspectiva kantiana, la libertad está relacionada con la autonomía, es decir, la capacidad del individuo de determinar sus propias leyes utilizando su propia razón. La declaración de rechazo de Bartleby puede, en cierto sentido, ser vista como un intento de crear su propio espacio autónomo rechazando las leyes que le imponen otros (las exigencias de su jefe, las normas del mundo empresarial). Pero para Kant, la libertad también requiere una voluntad que esté en armonía con las leyes morales universales; La inacción de Bartleby, en lugar de estar limitada por estos principios universales, apunta a una especie de vacío nihilista.

En una interpretación más radical, la actitud de Bartleby puede considerarse a través de los conceptos de poder y resistencia de Michel Foucault. Según Foucault, la resistencia es posible allí donde hay poder, y la oposición del individuo a las estructuras de poder es una forma de libertad. La declaración de Bartleby “Prefiero no hacerlo” puede leerse como una resistencia a las demandas mecanizadoras del orden empresarial capitalista (simbolizado por Wall Street) sobre el individuo. Esta negativa, aunque no sea una rebelión directa ni una acción revolucionaria, crea una perturbación que perturba el funcionamiento del sistema. Al negarse a trabajar, Bartleby cuestiona la lógica de la productividad capitalista, y esto puede considerarse una forma pasiva pero efectiva de libertad.

La actitud de Bartleby como sumisión pasiva

Por otra parte, la actitud de Bartleby también puede interpretarse como una especie de sumisión pasiva o agotamiento existencial más que de libertad. El concepto de desesperación de Søren Kierkegaard proporciona un marco útil en este caso. Según Kierkegaard, la desesperación es la negación por parte del individuo de su responsabilidad de realizar su propio yo o la entrega enteramente de esta responsabilidad a una autoridad externa. Aunque la negativa de Bartleby aparece inicialmente como una declaración de voluntad, no se convierte en ninguna acción alternativa ni en un intento de crear significado a lo largo del tiempo. Él simplemente lo rechaza; ni ofrece una contrapropuesta ni construye su propio proyecto existencial. Esto puede referirse a un estado que Kierkegaard llamó “desesperación”: en lugar de ejercer su libertad, Bartleby se condena a una forma de inacción.

Desde una perspectiva hegeliana, la libertad es el proceso mediante el cual el individuo se realiza en un contexto histórico y social. En este contexto, la actitud de rechazo de Bartleby representa una ruptura con la socialidad y el proceso histórico. Para Hegel, la libertad no es simplemente una declaración individual de voluntad, sino también el reconocimiento y la realización de sí mismo por parte del individuo dentro de la comunidad. El creciente aislamiento de Bartleby, su separación de su lugar de trabajo y su eventual muerte en prisión indican su completo abandono de los vínculos sociales. Esto podría ser un indicio no de libertad, sino de una especie de esclavitud autoimpuesta.

Además, la pasividad de Bartleby también puede asociarse con el concepto de absurdo de Albert Camus. Según Camus, el absurdo es la contradicción entre la búsqueda de sentido por parte del hombre y la falta de sentido del universo. La declaración de rechazo de Bartleby puede parecer una reacción a esta situación absurda; Sin embargo, como sugiere Camus, resistir lo absurdo requiere continuar la vida en un esfuerzo por crear significado. Bartleby, sin embargo, no hace este esfuerzo; Su negativa se parece más a una rendición ante la falta de sentido que a una rebelión contra lo absurdo.

La tensión entre libertad y pasividad

La afirmación de Bartleby «preferiría no hacerlo» no es ni un acto de pura libertad ni una sumisión pasiva completa; Por el contrario, refleja una tensión existencial que oscila entre estos dos polos. El concepto de “potencialidad” de Giorgio Agamben puede ofrecer una clave para comprender esta tensión. Según Agamben, la verdadera libertad no está sólo en la capacidad de hacer algo, sino también en