¿Es la inocencia un valor celebrado en El tambor de hojalata de Günter Grass o es una herramienta de ceguera ideológica?

El colapso de la inocencia: una crítica a la ceguera ideológica en la novela del tambor de hojalata de Günter Grass

El tambor de hojalata (Die Blechtrommel), de Günter Grass, no sólo presenta una narración histórica de la literatura alemana, sino también una profunda investigación ética, epistemológica y antropológica. En el centro de este cuestionamiento está el concepto de inocencia, considerado a menudo un valor romántico y puro. Aunque en la novela de Grass la inocencia parece al principio identificarse con la conciencia pura del niño, esta identificación se desintegra con el tiempo y se revela de manera sorprendente cómo la inocencia, especialmente en un contexto histórico, puede evolucionar hacia una ceguera ideológica, o incluso hacia una complicidad.

Oscar y la naturaleza paradójica de la inocencia

El protagonista de la novela, Oskar Matzerath, es un personaje que elige seguir teniendo tres años físicamente, pero se desarrolla mentalmente. Esta elección lo fija externamente en la posición de “niño”; De este modo, Oskar aparece como una figura libre de responsabilidad y culpa por el mundo que le rodea. Pero ¿esta infancia representa la inocencia moral o epistemológica?

Desde una perspectiva filosófica, la infancia de Oskar se convierte aquí en un escudo de inmunidad moral. En lugar de actuar según una ley moral autónoma en el sentido kantiano, Oskar es una figura que a menudo evita la responsabilidad de sus acciones y prefiere ser un observador. Su escape demuestra que la inocencia no funciona como una virtud sino como una forma de silencio moral.

La transformación de la inocencia en ceguera ideológica

El contexto histórico de El tambor de hojalata incluye el ascenso de la Alemania nazi y la Segunda Guerra Mundial. Está entretejida con la Segunda Guerra Mundial y el papel del pueblo alemán en este proceso. A lo largo de la novela, Grass presenta alegóricamente cómo la clase media y los individuos alemanes actúan con una ceguera moral basada en “no ver”, “no oír” y “no saber” lo que está sucediendo. El silencio de Oskar, su pregonar el mundo y su esfuerzo por crear su propia realidad son en realidad el reflejo literario de esta ceguera ideológica.

En este contexto, la inocencia es un estado mental que no ignora el mal, pero se niega a ser consciente de él, de un modo que coincide con el concepto de mal banal de Hannah Arendt. Oskar y las figuras que lo rodean la mayor parte del tiempo no participan directamente en el mal; Pero esta pasividad no les impide ser portadores de culpa histórica. Por tanto, la inocencia no es un valor ético; Se convierte en una negación de la conciencia, una pasividad de la culpa.

Interpretación posmoderna de la inocencia: parodia de la realidad

La narrativa grotesca, absurda y paródica de la novela implica que la inocencia no es sólo una ilusión moral sino también epistemológica. La narración distorsionada de los acontecimientos por parte de Oskar, su estetización de la realidad, su manipulación de la perspectiva del niño; revela que la inocencia no es un punto de vista puro, sino una estrategia narrativa que sirve para distorsionar la realidad.

Si lo relacionamos con los conceptos de “simulación” e “hiperrealidad” de Jean Baudrillard, la afirmación de inocencia de Oskar es en realidad una máscara que cubre la verdad, una simulación ideológica. En este contexto, la inocencia se convierte en una ficción que sustituye a la realidad, dando lugar así a la pérdida de la verdad moral.

✅ Negación de la inocencia

En El tambor de hojalata, la inocencia no es glorificada como un estado puro de la infancia ni como un valor moral. Por el contrario, Grass desplaza este concepto, exponiéndolo como un medio del individuo para evadir la responsabilidad histórica, un mecanismo de defensa ideológico. La inocencia no es una verdad aquí; es la supresión de la verdad. Oskar no es inocente; Su tambor no es más que un dispositivo que intenta ahogar la melodía del crimen.

Por lo tanto, la inocencia no es glorificada en la novela de Grass; Por el contrario, se resuelve, se cuestiona y se aplasta sistemáticamente bajo el peso de la historia. Un individuo que se refugia en la inocencia no sólo se condena a sí mismo sino a toda la sociedad al silencio.